Receta para robarle el corazón al Dr. Farel

Capítulo 59



Capítulo 59

—Claro que si, apenas se gradué y ya le consegui este arreglo, ella en la escuela siempre fue una estudiante ejemplar, nunca ha tenido novio, es pura e intachable-—Nôvel(D)ra/ma.Org exclusive © material.

El joven parecia claramente complacido y les hizo una sefial a sus padres con la mirada. —Entonces ya esta decidido, no vamos a buscar en otra parte, nos quedamos con la estudiante destacada de tu familia —

Los padres del joven eran bastante generosos, sacaron dos fajos de billetes y los pusieron sobre la mesa de centro —esto es el anticipo, ya hemos quedado en eso, 4eh?—

Marcela casi no cabia en si del gozo, les felicit6 efusivamente a los padres del chico, elogiando su buen ojo.

Los visitantes tenian mas quehaceres, por lo que se marcharon rapidamente con su hijo, dejando para otro dia la conversacién sobre la fecha detallada de la boda.

Marcela los despidié y al volver a la sala, tomo el dinero del anticipo de la mesa, sonriendo tan ampliamente que parecia no poder cerrar la boca.

Peso el dinero en su mano, jeran veinte mil pesos! Pum—

La puerta del dormitorio se abrid de golpe y Evrie salid con el rostro tenso, arrebatando de un tirdn el dinero de las manos de Marcela.

—Mama, no me voy a casar, devuelve ese dinero, jno te esfuerces en vano!— —<¢Qué dijiste?— La cara de Marcela cambio de color en un instante.

—jDije que no me casaré!—

Marcela, enfurecida, se llevé la mano al pecho, murmurando maldiciones.

—Evrie, no me respondas, te he mantenido, te he vestido, te he enviado a la escuela, gtodo para qué? Para este dia. El muchacho es funcionario, con un puesto seguro, y su familia tiene dinero. gEn qué no es suficientemente bueno para ti? ,Qué, dos afios de estudio te han vuelto tonta o qué?—

—Ademas, hay tantas necesidades en casa, si no te casas, de donde sacaremos el dinero para que se case tu hermano? ~Puedes conseguir quinientos mil pesos?—

Evrie mordio su labio, sus dedos se apretaban en su palma con fuerza. El dinero que tenia fue arrancado bruscamente por Marcela.

—No sirves para nada, solo sabes contradecir todo el dia, te advierto, no pienses que puedes salirte con la tuya. ; Tengo tus documentos y mas te vale comportarte!—

Al oir hablar de sus documentos, Evrie inhalé profundamente y suavizo su tono suplicante.

—Mama, por favor, te lo pido, en el futuro ganaré mucho dinero y enviaré dinero a casa. Ahora realmente estoy en una situacion dificil, gpuedes esperar un poco mas, por favor?—

—jPafl— Marcela le propiné una bofetada.

Evrie gird la cabeza por el golpe, sintiendo un ardor intenso en la mejilla y un zumbido en el oido que tard6 en desaparecer. Marcela siempre habia tenido una mano pesada, y ella ya estaba acostumbrada.

Pero aun asi, no pudo evitar que sus ojos se llenaran de lagrimas involuntariamente.

Evrie trago saliva, se volvié hacia Oscar con los ojos llenos de lagrimas.

—Hermano, , puedes ayudarme, por favor? Acabo de graduarme, realmente no puedo casarme. ,No puedes conseguir esposa por tu cuenta? Ya me estan arrastrando al abismo, ¢quieres arruinar toda mi vida?—

Oscar vacilé por un momento, sintiendo que ya era demasiado.

—Mama, mejor dejémoslo asi—

— Dejar qué? ~No sabes en qué tiempos vivimos? Hay pocas chicas en todo el pueblo, quien tiene una hija, tiene una fortuna, especialmente con un titulo universitario.copy right hot novel pub

Si no te casas pronto, vas a querer quedarte soltero toda tu vida?—

Oscar se quedo callado.

No podia permitirse el lujo de apostar.

En su pueblo, un hombre mayor que no encontraba esposa era motivo de vergiienza, y la situacion solo se haria mas dificil. En el fondo, le guardaba rencor a Evrie.

Le habia guardado rencor durante afios.

Su familia era pobre, si no hubiera sido por comprarle un helado a Evrie aquel dia, Pablo no habria tenido el accidente, no estaria paralitico en la cama, y no tendrian que vivir con tantas dificultades.

Pero incluso asi, la habian apoyado para que fuera a la universidad.

Era algo que ella debia compensar.

Era su deber.

Oscar simplemente se dio la vuelta y regreso a su habitacion, cerrando la puerta con un fuerte —pum—.

Evrie no esperaba que fuera tan cobarde, que siguiera evadiendo la situacion. En esta casa, no habia diferencia entre quienes la sangraban abiertamente y quienes lo hacian en silencio.

Ella cerré los ojos, sumida en la decepcidn.

Se levantd y comenz6 a empacar sus maletas, buscando por toda la casa. —jDéjalo ya! Qué estas haciendo?— Marcela la regafé de repente. Evrie respondio con tono frio—Busco mi certificado de nacimiento.—

— Estas loca? ¢Piensas llevarte tu certificado de nacimiento bajo mi nariz? Maldita ingrata, ,te atreves a hurgar en mis cosas? jCreo que necesitas otra leccién!—

Marcela gird su brazo y le dio otra bofetada en la cara a Evrie. El ardiente dolor volvié a atacar, y Evrie aguanto la bofetada sin detenerse, seguia hurgando en el armario. — (Deja eso ya, me escuchas!—.

Marcela le agarré del pelo y tiré para sacarla, Evrie sintio un dolor punzante en el cuero cabelludo, pero sus manos se aferraban tercamente a la manija del armario.

—Necesito mi certificado de nacimiento.—

—Ni lo suefies, ni muerta te doy ese papel. jSdlo sobre mi cadaver!—

Marcela la golpeaba contra el armario sin piedad, Evrie apretaba los dientes, rehusando soltarse. Sint por su frente, cayendo en el dorso de su mano, un rojo vivo y chocante.

6 algo caliente deslizarse

Era sangre.

Sangre tibia.

Su vista se nublaba y su est6mago se retorcia.

Imagenes del pasado invadian su mente, la pequefia Evrie siendo zarandeada por Marcela contra el armario, una y otra vez. —Mmm... mama, por favor, no me pegues mas, no lo haré de nuevo, no me pegues, mmm, me duele mucho la cabeza...— —jPerra inutil, te atreves a comer las salchichas de tu hermano! ,Crees que te lo mereces? j Voy a matarte!—

—Encima te resistes? ;Voy a romperte la cabeza, a ver si te mueves ahora!—

Thump, thump, thump...

Una y otra vez.

Como si algo sin piedad golpease su alma, dolor, mareo, entumecimiento.

El dolor sordo en un ciclo sin fin, Evrie solo sentia un zumbido en su cabeza, incapaz de diferenciar entre el recuerdo y la realidad.

El alarido agudo y penetrante llenaba sus oidos, como un silbato afilado que atravesaba su timpano e inundaba su mente, imposible de ignorar.

La mano de Evrie se aferraba al armario, la otra mano luchaba por sacar algo, y en medio del caos marco tres digitos, el numero de emergencia.

—Hola... en la casa numero 251 de Valle Dulce, alguien esta intentando matarme...— Hubo un silencio al otro lado, seguido por una voz fria y familiar.

—gEvrie?—


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