Reconquistando a Mi Encantadora Secretaria

Capítulo 83



Capítulo 83

Capitulo 83

Marcelo bajo la mirada hacia ella y, con una expresion de desconcierto, dijo: apagadas antes y no pude ver. Pero cuando se encendieron, estabas muy cerca de mi, asi que supongo que tal vez si

é, Como? No lo sé en serio. Las luces estaban

lo fui. Cira volte para ver a los demas y notdé que ninguno llevaba los ojos vendados, ni hombres ni mujeres.

Si sus conjeturas eran correctas, las reglas del juego debian consistir en encontrar a la pareja de baile con los ojos cubiertos y luego quitarse la venda.

Sin embargo, ese hombre la habia mantenido los ojos cubiertos, dejandola en total oscuridad.

El estaba deliberadamente evitando que ella lo viera.

Incluso con las luces apagadas, lo que habria dificultado la visidn, no queria que ella viera nada.

Ese hombre definitivamente no era Marcelo.

Al verla en silencio, Marcelo la llam6 con perplejidad: —-Sefiorita Lopez?

Cira volvié en si, dejando de lado al otro hombre, y miré a Marcelo diciendo: Gracias, sefior Sanchez.

El pastel, que se habia caido al suelo, fue rapidamente limpiado por los camareros, y el tapete se cambié por uno nuevo, todo lo cual se completd en menos de quince minutos. Habia que decir que la familia Guzman era increiblemente organizada y eficiente.

La suave musica orquestal volvid a sonar, y después de que la presentadora subiera al escenario y tranquilizara a todos, la fiesta continud.

Los que deseaban bailar continuaron haciéndolo, mientras que quienes deseaban hablar tomaron respectivamente una copa de vino y se sentaron en grupos de tres 0 en parejas en los sofas.

Marcelo miré alrededor de Cira y pregunto: -, El sefior Vega no esta aqui? No sé a donde se fue—-respondié despreocupada; ahora ya no tenia interés en buscarlo.

La mirada gentil de Marcelo brillaba a través de sus lentes mientras sugeria: no te molesta mi intromisién, déjame acompafiarte esta noche. No pasara nada. Si

+15 BONUS Cira entendio lo que él queria decir.

Lo que ella temia era lo que Morgan pudiera hacerle esa noche, pero si Marcelo estaba con ella, é! podria protegerla en caso de cualquier eventualidad.

Cira se sintid conmovida y dijo con sinceridad: -Gracias.

-Hoy ya recibi demasiados agradecimientos tuyos, asi que ahora los rechazo. Si de verdad quieres agradecerme... -Marcelo extendié su mano, de palma blanca y lineas definidas, y continud-baila conmigo.

Cira no tenia razon para negarse. Por lo tanto, puso su mano en la suya, y juntos caminaron abrazados hacia la pista de baile. Cira sonrié suavemente a Marcelo.

Ella ya no queria buscar a Morgan. Cuando antes no entendia nada de las reglas del juego y le preocupaba caer en una trampa, lo intentaba buscar, pero no estaba alli con ella. Ahora, en cambio, con Marcelo a su lado, ya no lo necesitaba.

Ademas, en comparaci6n con cualquier trampa de la fiesta, ese hombre era la fuente de su inquietud.

Estaba tan concentrada en el baile que no se dio cuenta de que, no muy lejos, la mirada fria de Morgan se posaba en la mano de Marcelo abrazandola.

La verdad era que él habia regresado cuando se apagaron las luces, pero no encontré a Cira. Fue hasta que el salon volvid a estar iluminado que la vio con Marcelo.

Entonces, gel primer baile de Cira fue con Marcelo?Content provided by NôvelDrama.Org.

Ella era bastante audaz.

-Sefior Vega, gpor qué sigues mirando a otra persona? ,Acaso no soy lo suficientemente atractiva para ti?. A su lado, estaba la acompafiante que él habia encontrado al azar cuando apagaron las luces, y casualmente, era alguien conocida.

Se llamaba Lidia Flores, la glamorosa mujer que estaba junto a Osiel.

-No, claro que no. Es un honor bailar contigo, sefiorita Flores. gBailamos otra vez? -respondié Morgan con indiferencia, y sin mirarla, la llevd directamente a la pista de baile.

Mientras Cira bailaba, alguien de repente golpeo su hombro. Se volted y se encontré con los ojos sombrios de Morgan. +15 BONUS

Ella dud6 por un momento, decidié ignorarlo y siguid bailando con Marcelo.

Marcelo también se fij6 en él, y le asintid con naturalidad como un saludo.

Morgan curvé los labios en una sonrisa burlona.

Otra vez, llegé el momento de separar a la compajiera y luego regresar a abrazarla. Cira giraba su cuerpo hacia fuera, pero de repente sintid que alguien le agarraba la otra mano.

Se sobresalt6 y, al siguiente instante, Morgan la arrebaté de los brazos de Marcelo con una fuerza repentina.


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