El Chico Dhall ©

Chapter 36: XXXV



Chapter 36: XXXV

¡Advertencia!

Este capítulo entero contiene material 18.

No me hago responsable por las mentes traumadas.

Capítulo treinta y cinco

—No calientes cosas que no te vas a comer —habla con un tono de voz demandante y sonrió

mordiendo su pulgar, llevo las manos por debajo de su camiseta y toco su abdomen esculpido de

arriba a abajo.

¡Oh por la diosa!

¿Qué estoy haciendo?

»—Jex —advierte y bajo hasta tomar el tiro de su pantalón, de la nada soy alzada por los aires y

enredo mis piernas a su cadera, llevo mis manos a su cabello y busco con desesperación mi droga

natural.

Cada beso que nos damos es demandante y cargado de deseo, Elián aprieta mis piernas suavemente

y sube sus grandes manos por dentro de su abrigo hasta meterlas dentro de mi camisa, arqueo la

espalda con cada roce que da y me separo disfrutando de su tacto por mi piel.

No sé qué es esto que estoy sintiendo, pero es algo que no había sentido nunca y con él se intensifica

mandando oleadas de calor por todo mi cuerpo.

Esto no está bien, pero tampoco se siente mal.

Sus labios húmedos y calientes bajan poco a poco por mi cuello hasta interceptar el lugar donde

posiblemente ira su marca, siento sus colmillos rozar esa parte de forma juguetona y gimo bajito —

Elián... —me quejo y escucho un sonido ronco salir de su interior.

Sus manos me atraen más a su cuerpo con fuerza y lame ligeramente en círculos el lugar de la marca,

sube dejando besos por mi cuello pasando por mi mandíbula hasta llegar mis labios para atacarlos con All content is © N0velDrama.Org.

ferocidad.

Si sigue así voy a terminar como todo lo que jure no ser con él.*

Necesito detener esto.

Fally...

Lo siento Jexi, pero en este momento ni yo puedo controlarme con Ameth, dicho esto, cambio y fuera,

nos hablamos mañana.*

Elián camina hasta el auto y abre la puerta de copiloto, con cuidado entra conmigo y hace que la silla

quede hasta atrás de un solo movimiento, con una de mis manos libres cierro el auto y me aferro a sus

brazos al volver, muerdo mis labios al ver al fin esos ojos azules dilatados y sus labios totalmente rojos

semiabiertos gracias al tablero encendido del coche.

Me escanea de arriba a abajo y sonríe lamiendo sus labios —Aún con ropa de más te sigues viendo

sexy —mis mejillas se tornan de un rojo fuego y siento sus manos deslizarse por mis piernas hasta

llegar a mis caderas en movimiento, chupa su labio inferior sin dejar de mirarme a los ojos y despacio

me acomoda de manera que pueda sentir su abultado pantalón.

Detengo mis movimientos al estar encima de él y siento como una ráfaga de calor baja directamente a

mi sexo haciendo que otra vez vuelva a moverme de arriba a abajo, cierro mis ojos disfrutando de lo

que estoy haciendo y sin pensarlo tomo el doblez de su camisa para quitársela, la tiro a algún lugar del

auto y dejo que mis manos toquen sus firmes abdominales con apreciación.

Subo a sus ojos y me acerco para besar sus labios, delinea mi labio inferior con la punta de lengua

pidiendo permiso para jugar y le doy acceso sin restricciones, sus manos toman la sudadera junto a mi

camisa y lentamente sube ambas haciendo que mi cuerpo se erice con el contacto de sus dedos en mi

piel.

Alzó las manos para que saque ambas prendas rápido y Elián las tira en los puestos traseros, sus

grandes y fuertes manos se posan automáticamente en mi cintura y juegan en mi espalda haciendo

pequeños círculos que me hacen temblar.

Por sus ojos pasa un destello verde mientras me ve con apreciación, bajo la mirada a mis pocos

atributos a la vista de él por no llevar brasier y trago grueso sintiendo el nerviosismo adueñarse de mi

cuerpo.

—Eres perfecta —su voz ronca me devuelve la seguridad que tenía antes y alzó la mirada para ver

esos ojos, busco sus labios con desesperación y lo siento aferrarse a mí con fuerza, mis manos

agarran su cabello negro al él ir bajando sus besos hasta mi cuello y poco a poco seguir bajando hasta

el valle de mis pechos.

Sus dedos suben hasta llegar a mis pezones y juega con ellos volviéndolos sensibles, poco a poco

deja besos húmedos por toda la zona hasta llegar a jugar con uno de ellos mientras masajea el otro

con suavidad, arqueo mi espalda mordiendo mis labios y él cambia para darle placer a uno y estimular

al otro.

Cierro los ojos dejándome llevar de sus besos y carisias por todo el cuerpo. Dentro del coche solo se

escuchan nuestras respiraciones agitadas y como el corazón de ambos late a mil con todo lo que está

pasando. Sus manos hábiles desabrochan mi pantalón y juega con la tira de mi ropa interior, me dejó

caer sobre su pecho al no resistirme más con el calor que hay en mi cuerpo y él gira dejándome sobre

el asiento.

Posa uno de sus brazos arriba de mi cabeza para no caer sobre mí y coloca los mechones

desordenados de cabello detrás de mi oreja, se acerca lento hasta estar a centímetros de mis labios y

sus ojos nunca abandonan los míos, su mano libre baja haciendo círculos por mis mejillas hasta mi

cuello, pasa a mi clavícula y llega a jugar con mis pechos, lamo mis labios secos y él sigue bajando

por mi ombligo hasta estar en el inicio de mi ropa interior, aun sin dejar de verme juega con ella

tocándome por encima y aprieto las piernas ante las descargas de calor que tengo por momentos en

mi zona íntima.

Sus labios rozan los míos y los muerde suavemente, su mano baja por debajo de mis panties y siento

su dedo de en medio jugar con la humedad de mi vagina —Pero mira que mojadita estás, Julieta —su

voz rasposa me hace temblar y todos los pelitos de mi cuerpo se erizan al sentir su dedo masajeando

esa zona sensible de arriba a abajo, de un lado a otro.

Joder, nunca pensé que esto se sintiera tan bien y menos con él.

Jadeo al sentir el aumento de ritmo que lleva y de la nada se detiene, gimo viendo sus ojos y dejo un

corto beso en sus labios para que continúe, pero solo lo veo sonreír de lado, niega y saca su mano

con cuidado, se separa ligeramente de mi rostro, pero sin dejar de mirarme y sin más chupa su dedo

corazón volviéndose la cosa más exitante que he visto desde que empezó a seducirme.

Elián agarra una de mis manos y las deja en su abdomen bajo, él otra vez masajea por encima de mi

ropa interior y sin pensármelo bajo hasta su abultado amigo, lo toco por encima y él cierra sus ojos

emitiendo un sonido sordo desde su garganta, lo atraigo con mi mano libre y busco sus labios sin dejar

de tocarnos, mi mano sube hasta el broche de su pantalón y teniendo el corazón prácticamente en la

boca desabrocho su pantalón, lentamente, y como hizo él conmigo, agarro su miembro por encima del

bóxer y lo masajeo de arriba a abajo, de sus labios deja salir un suspiro y sonrío ante el poder que

tengo en mis manos.

Literalmente lo tengo en mis manos.

Dejo mi ataque por un momento para concentrarme en sus besos demandantes y posesivos, y sin

previo aviso otra vez siento sus dedos en mi humedad, mi respiración se vuelve a agitar y llevo mi

mano dentro sintiendo por primera vez su miembro duro y palpitante.

Ambos nos damos placer mientras nos devoramos el uno al otro y sin más el posa su otro brazo a un

costado de mí —No puedo más —su respiración caliente choca con la mía —necesito hacerlo o moriré

en tus brazos.

Reparte caricias por mi mejilla mientras su pulgar delinea mis labios, abro mis piernas lentamente para

que él se posicione entre ella y le doy una mirada juguetona —Hazlo —susurro y sonrío coqueta, su

dedo se detiene en medio de mis labios y lo chupo hasta dejar un beso en la base —Soy tuya.


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