Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

Capítulo 31



Capitulo 31

Ila empeza a Horat, Joel tampoco pudo contrarse más, sabia que habis metido la pata, el rabillo de sus ojos se humedecid, las lágrimas rodaron dentro de ellos y hnalmente, incapaz de contenerse más lloro desconsolado. “Mamá, abuela, no volveré a hacerlo, sé que me equivoqué, mamá, no puedes dejarme, no puedo estar

Abel e Inés que eran normalmente no también sintieron miedo, se miraron, sus caritas se pusieron rojas de preocupación, y sus ojos empezaron a enrojecer

Sabian que habian metido la pata.

Jimena también estaba llorando a mares. “Ay. ¿qué vamos a hacer 7”

Tha en silencio se limplaba las lágumas, no solo porque estaba afectada por su estado emocional, sino también por el dolor. Durante estos años, su madre, Rosalinda, le habis ayudado a cuidar a los niños, y aunque se quejaba a menudo, una parte de ello era sincera.

Elia habia estado muy ocupada durante estos años, habla sufrido mucho en el proceso de trabajo y no era verdad si decía que no estaba cansada.

Al ver a los niños llorar, y a Rosalinda llorar desgarradoramente, parecia que todos en la casa se estaban derrumbando, ella no pudo mantener su fortaleza habitual y también empezó a llorar Content is property of NôvelDrama.Org.

El sonido del celular de Bruno era muy alto, incluso sin el altavoz, se podía escuchar el llanto del otro lado del teléfono.

Y más aún cuando la voz de cada uno de ellos era de pura angustia, era dificil no dejar que Asier escuchara.

Bruno entendió que la familia estaba pasando por un mal momento, se sintió un poco conmovido y miró a Asier con una pregunta en sus ojos.

Pero vio que Asier tenia una expresión sombría, parecía muy mal y su mirada era fria como una navaja.

A pesar de esto, Bruno sostuvo el teléfono y preguntó cautelosamente: “Sr. Griera, ¿qué tal si mostramos un poco de indulgencia?”

Asier respondió con una voz fria: “Si hubieran sabido las consecuencias, no deberían haber actuado precipitadamente. Todos deben pagar por sus errores.”

¿Solo porque daban pena, podían evitar pagar por sus acciones?

Si realmente se hubieran comportado correctamente, ¿cómo habrían permitido que cuatro niños irrumpieran en la oficina de alguien y dañaran sus pertenencias? Asier nunca habla sido un humanitario, ni tampoco tenia la obligación de sentir lástima por los desafortunados.

Además, las personas que daban lastima, a veces pueden ser algo despreciable.

No Te faltaba dinero, pero necesitaba enseñarles una lección a esa familia, si no, nunca aprenderán.

Con la actitud del Sr. Griera, Bruno dijo al teléfono: “Bueno, llorar no servirá de nada, Tus hijos dijeron antes que su padre era el Sr. Griera del Grupo Griera, ¿cómo puedes ser madre soltera?”

Bruno usó deliberadamente estas palabras para refutarlos.

Al escuchar esto, Asier se puso más frío y su expresión se oscureció aún más.

Este niño incluso quiso hacerse pasar por su hijo, ¡qué ridículo!

Esto era imperdonable.

Jimena segula llorando incontrolablemente, seguía pidiendo disculpas: “Lo siento, los niños pensaron que era una estafa, por eso dijeron eso, también estaban preocupados por ser engañados. Los estafadores hoy en día son muy audaces, dicen cualquier cosa, los niños me han ayudado a bloquear muchas llamadas de estafa, lo que dijeron no es cierto. Realmente no tienen padre…”

Bruno se detuvo un momento y preguntó: “¿Y el padre de los niños?”

Del otro lado del teléfono, Jimena sollozó, no sabía cómo responder, las lágrimas nublaron su visión, miró a Elia, esperando escuchar su explicación.

Elia parecía muy ansiosa, hizo un gesto de salto.

Jimena entendió lo que quería decir, llorando amargamente, dijo: “Los niños son cuatrillizos, su padre no pudo manejar la presión de criar a cuatro niños, optó por suicidarse saltando al mar, ya está muerto.”

“¿Muerto?” Bruno estaba algo sorprendido.

Jimena confirmó llorando: “Sí, está muerto.”

Aquí, Bruno, quien sostenía el teléfono, volvió a mirar a Asier, quien frunció ligeramente el ceño

Por otro lado, Elia subió la manga de su camisa, mostrando su brazo, y con la otra mano hizo un gesto de inyección en el brazo

Jimena mordió su labio, débilmente dijo: “No tengo dinero, pero tengo sangre, ¿puedo vender mi sangre para pagar la deuda?”

Asier permaneció en silencio.


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